Clemencia Rufo: “En la economía social lo importante es el capital humano”

Clemencia Rufo: “En la economía social lo importante es el capital humano”

La empresaria relata su experiencia en el campo de la economía social y su vinculación con la Universidad a través del Consejo Social

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Clemencia Rufo, vocal del Consejo Social de la Universidad de Sevilla

Clemencia Rufo trabajó para la emblemática fábrica sevillana Hytasa. Tras su inevitable cierre, la empresaria y un grupo de extrabajadores de la antigua textil, decidieron redirigir el negocio hacia el cultivo ecológico. El proyecto, que surge en colaboración con la dirección del centro comercial Alcampo, se ha instalado en las antiguas naves de Hytasal, donde actualmente cultivan un tipo de seta denominado boletus ostreatus. La empresaria destaca la importancia de reinventarse en un mundo que se halla en constante cambio. Como vocal del Consejo Social, señala la necesidad de unir puentes entre el sector empresarial y el universitario. De hecho, docentes y estudiantes de Bioquímica de la Universidad de Sevilla y de la Universidad Pablo de Olavide colaboran actualmente con su empresa para avanzar en las investigaciones sobre el cultivo urbano.

¿Cuál es su función como vocal en el Consejo Social de la Universidad de Sevilla?

Llevo muy poco tiempo, por lo que quiero aprender mucho de mis compañeros del Consejo. Represento a la Economía Social y admiro mucho el papel de la presidenta, Concha Yoldi, porque es muy importante que una persona que proviene de la empresa privada esté en el mundo académico. Me gustaría que la economía social estuviera más presente en las universidades, aunque ya se está introduciendo. Este año, en el examen de selectividad, ya pusieron una pregunta de economía social. Al menos, los universitarios tienen que saber lo que es.

¿Cuál es el potencial de la economía social?

Cada uno elige el modelo de empresa que quiere, pero el autoempleo colectivo pasa por empresas de economía social. Es el futuro, pues es un modelo de empresa que se arraiga al territorio, no se deslocaliza y aunque, lógicamente, una empresa tiene que ser rentable, se valora más el capital humano. Es decir, que las personas se encuentren bien, que puedan compatibilizar su vida laboral con la personal. Cuando una persona está satisfecha, rinde mejor. En Andalucía ya hay más de 6.000 empresas de economía social, que proporcionan más de 60.000 puestos de trabajo, cifra que, estoy convencida, seguirá creciendo.

¿Qué iniciativas pueden llevarse a cabo para dar a conocer el Consejo Social en el ámbito universitario?

Lo más efectivo son las jornadas en las universidades para que los estudiantes conozcan lo que es la economía social y la gestión del Consejo Social. Es fundamental que las jornadas cuenten con empresarios reales que relaten su experiencia, es más gratificante que los estudiantes conozcan la realidad de las empresas desde dentro. La Universidad debe estar con las empresas de economía social, es fundamental esta sinergia porque enriquece a ambas partes. Nuestra empresa tiene un convenio de colaboración con el departamento de Bioquímica y el hospital de Valme, en los que se está investigando por qué las setas tienen unos componentes muy buenos para combatir la Hepatitis C. Nosotros hemos proporcionado setas para que se puedan realizar más estudios. Esto es algo que a mí no se me hubiera ocurrido, pero la comunicación con el mundo universitario nos permite poner en marcha investigaciones de este tipo. Es algo magnífico tanto para Universidad como para nosotros y, en este caso, también para el hospital, por lo que ganamos todos.

«Las ayudas europeas van enfocadas a la universidad pero en colaboración con empresas. Hay que hacer estudios que sirvan para algo y para alguien», RECLAMA RUFO

¿Qué medidas de colaboración considera adecuadas entre la Universidad y la empresas privadas?

La colaboración es fundamental. Nosotros tenemos la experiencia pero ellos tienen los conocimientos. Actualmente, las ayudas europeas van enfocadas a proyectos colaborativos entre universidad y empresas, lo que me parece una idea magnífica. Hay que hacer estudios que sirvan para algo y para alguien. Si, además, ese estudio está enfocado a lo que necesita una empresa en concreto, es magnífico. El futuro es ese, la universidad debe mantener relación con las empresas. Nosotros venimos del textil, pero tuvimos que parar la actividad hace tres años. Ahora estamos cultivando setas. Colaboramos con la Universidad de Sevilla y con la Universidad Pablo de Olavide. Esta última ha trabajado con nosotros en el tema de la lombrizcultura, consiguiendo producir humus de una calidad magnífica. También colaboramos con la Universidad de Sevilla, ahora con el área de Bioquímica, con el catedrático Juan Bautista, debido a un virus que ha contaminado el cultivo. 

En 2013 su empresa da un giro de 180º. ¿Por qué pasan de la industria textil a la agricultura ecológica?

Llevábamos toda la vida en el textil. Primero fue Hytasa, una fábrica emblemática en Sevilla, pero cerró y los trabajadores nos quedamos con la empresa. 142 de esos trabajadores, con el dinero de la indemnización, invertimos cuatro millones de pesetas en Hytasal. Posteriormente vendimos parte de los terrenos, nos quedamos con la mitad, y lo obtenido de la venta se destinó a instalaciones y maquinaria puntera. Nuestra seña de identidad era la calidad medio-alta. Pero llegó la crisis y nos encontramos con que no podíamos pasar pedidos y teníamos el almacén lleno porque los clientes no podían pagar. Hytasal le debe mucho al barrio del Cerro del Águila y a la ciudad de Sevilla. La dirección del centro comercial Alcampo acudió a hablar con el delegado del Distrito Cerro-Amate porque querían hacer un huerto urbano de setas y champiñones en la capital. Estaban buscando un sitio y nos reunimos con ellos. Acordamos empezar con las setas para luego plantearemos expandirnos a otros productos. A partir de ese momento empezamos a formarnos con cursos. Hemos aprovechado todo lo que teníamos y lo hemos transformado, todo es reciclado.

«HYTASAL LE DEBE MUCHO AL BARRIO DEL CERRO DEL ÁGUILA Y A LA CIUDAD DE SEVILLA», SEÑALA LA VOCAL DEL CONSEJO SOCIAL

En un marco de economía global y competitiva, ¿cuáles son las posibilidades de éxito de las empresas de economía social?

Como sociedad laboral, tenemos los mismos problemas que cualquier otra empresa. Además, la crisis ha afectado a todos los sectores. Pero, a diferencia de un empresario normal que reparte sus beneficios, en nuestros estatutos hemos recogido que cualquier beneficio obtenido es para reinvertirlo en la propia empresa. La principal diferencia de la economía social es la gestión del empresario pero, de igual modo, la empresa tiene que ser rentable. Nuestro objetivo no es económico. Cada uno cobra por su puesto de trabajo y los beneficios se reinvierten para el bien de todos. El capital humano es lo fundamental.

¿Cuáles son las ventajas de este tipo de empresas?

Son empresas que no se crean para ganar dinero, sino que buscan crear puestos de trabajo. Si un trabajador tiene que echar 12 horas al día intentamos que eso no sea así y poder contratar a más trabajadores en jornadas de menos horas. Si hay beneficios son para reinvertirlos. La empresa tiene que ser rentable, se deben pagar los sueldos. No concebimos a una persona trabajando 12 horas al día. Eso puede ser algo puntual, pero no rinde lo mismo alguien trabajando 12 horas que 8. Preferimos aumentar los turnos, trabajando sábados y domingo, contratando a más gente. Si vas a ganar más porque vas a vender más, lo que no puedes hacer es sobrecargar a la gente. Los problemas son los mismos que los de otras empresas, pero los gestionamos de otra manera. No todo vale.

«En la economía social el principal objetivo no es económico, el capital humano se convierte en lo fundamental y los resultados son muy gratificantes», DESTACA LA EMPRESARIA

¿Qué papel tiene la mujer en el mundo empresarial?

Un papel importantísimo. Solo hay que ver en las universidades las notas de las mujeres. Cuando hablan de la discriminación positiva pienso que no nos va a hacer falta. Desgraciadamente, sigue habiendo discriminación salarial. Hoy en día es inexplicable que en el mismo puesto de trabajo la mujer cobre menos que el hombre. Y eso sigue pasando. Contra eso hay que luchar. A la hora de la gestión, las mujeres tenemos otra visión diferente a la de los hombres. Para algunas cosas tenemos una sensibilidad especial que hay que poner en valor. Hay que seguir luchando por que la mujer llegue a ciertos puestos. La sociedad tiene que luchar contra la discriminación. Y hay otros temas que nos dificultan. Siempre es la mujer la que tiene que compatibilizar vida laboral y familiar. Por eso hay que hacer hincapié en iniciativas como guarderías para que la mujer pueda seguir ocupando su puesto de trabajo.

En 2015 se celebró un encuentro de mujeres empresarias. ¿Qué conclusión se extrajo de dichas jornadas?

Es muy reconfortante ver cómo ellas mismas van formándose y montando sus proyectos. Es fundamental que se hagan este tipo de iniciativas porque vemos mujeres con muchas ganas pero con mucho miedo a arriesgar y no es bueno adoptar una actitud de apatía y negatividad. Estas jornadas ofrecen una visión real y esperanzadora de proyectos que han partido desde cero y han evolucionado positivamente. Hoy en día, en España se tiende a pensar que el cierre de una empresa es motivo de frustración y sensación de fracaso, sin embargo, en el extranjero, esta misma situación forma parte del aprendizaje. Mi empresa ha durado trece años y he aprendido muchísimo, los errores que cometí no volveré a repetirlos si constituyo otra empresa, pero para nada lo considero como un fracaso. Es fundamental estar bien asesorado, saber las posibilidades que tienes, hacer un estudio de mercado y tener una base previa antes de lanzarte a un nuevo proyecto. Esto es lo que intentamos transmitir en nuestras jornadas, informar de todas las posibilidades que tienen y diluir el miedo a arriesgar, siempre y cuando haya posibilidades de que el negocio sea viable.

«La sociedad tiene que luchar contra la discriminación de la mujer. Un hombre en un mismo puesto de trabajo no puede cobrar más», REIVINDICA RUFO

¿Qué consejo le daría a los jóvenes que estén a  punto de entrar en la universidad o de salir al mundo laboral?

El emprendimiento es fundamental, es cierto que asumes un riesgo  pero hay que arriesgar, beneficiarse de las ayudas, aunque hay que decir que hay pocas. Es difícil crear y gestionar tu propia empresa pero también tiene sus ventajas, eres tu propio jefe, te puedes organizar mejor, repartirte tu horario, trabajar desde casa… Tiene sus ventajas e inconvenientes, hay gente que prefiere este modelo de negocio, son autónomos y no conciben trabajar para alguien.

La protagonista

Clemencia Rufo (Sevilla, 1962) es administrativa de profesión y Secretaria del Consejo de la Federación Empresarial Andaluza de Sociedades Laborales (Feansal). Fue presidenta de la empresa textil Hytasal. Actualmente, estudia derecho en la UNED, actividad que compagina con la gestión de una empresa de economía social dedicada al cultivo ecológico de setas. Además, es vicepresidenta de Amesal, una agrupación de mujeres empresarias de sociedades laborales que aboga por el autoempleo colectivo y la presencia de las mujeres en empresas laborales. Forma parte del Consejo Social de la Universidad de Sevilla como vocal de los Órganos de la Economía Social.

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