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Susana Gaytán es profesora titular del departamento de Fisiología en la Universidad de Sevilla.

Desde niña, Susana Gaytán no ha parado de hacerse preguntas y su búsqueda de respuestas la llevó a adentrarse en el mundo de la ciencia. No en vano es profesora titular del departamento de Fisiología en la Universidad de Sevilla y forma parte del grupo de investigación en Neurobiología de Vertebrados. Tras una larga trayectoria como científica e investigadora, conoció desde cerca la ausencia de mujeres y referentes femeninos en este ámbito, por lo que decidió comenzar a divulgar las ciencias por colegios e institutos. Su ambición por lograr nuevos retos no ha parado desde entonces y se esfuerza cada día en lograr el bienestar de las personas a través de la ciencia, además de en ofrecer lo mejor de sí misma en sus labores de docencia y divulgación, las cuales asegura disfrutar enormemente.

¿Por qué es tan importante divulgar las titulaciones de ciencia y tecnología entre las chicas que estudian secundaria o bachillerato?

La ciencia es difícil y encima no perdemos el tiempo en explicársela a la gente para que la comprenda. Además, hay otro problema adicional y es que nuestro cerebro aprende por imitación y no hay modelos para las niñas, no saben a quién parecerse en el ámbito de la ciencia. En la ciencia tenemos una gráfica en tijeras, una especie de tubería que va goteando y en la que se va perdiendo el talento femenino; por eso empezamos a ir a los colegios y a los institutos, porque es muy importante que se nos vea a las mujeres que hacemos ciencia y que se vea que somos gente normal que tenemos preguntas. Si tú tienes preguntas, pues adelante, porque puedes ser científica.

Es profesora titular de Fisiología en la Facultad de Biología e investigadora en neurobiología de la Universidad de Sevilla, ¿cuál es su referente femenino en este campo de la ciencia?

En neurobiología el súper referente es Rita Levi-Montalcini. Era judía y nació en Italia. Estalló la II Guerra Mundial y ella, que quería ser médico, estaba en los sótanos de la Italia de Mussolini, donde seguía haciendo experimentos con las cabezas de los pollos que se estaban comiendo, utilizando la estructura del sistema nervioso central para trabajar y, finalmente, descubrió el factor de crecimiento neuronal. ¿Qué es esto? Las neuronas son unas células incapaces de dividirse, a excepción de unas regiones muy localizadas del cerebro. Con lo cual estudiar el sistema nervioso central es una pesadilla porque las neuronas se mueren, a menos que encuentres esa señal que descubrió Rita y que permite que la neurona esté viva. Es tan importante como para que le den el Nobel, premio que invirtió en hacer escuelas en África para niñas. Así que ella es mi referente como neurobióloga, como investigadora y como persona.

¿En qué consiste AMIT, la Asociación de mujeres investigadoras y tecnólogas?

La idea de AMIT es construir una red en la que estemos todas las investigadoras y tecnólogas, un colchón de apoyo para promover la colaboración y la protección. Por ejemplo, ahora estamos trabajando mucho en que esta red haga de mentorazgo para que las más séniors orientemos a las más júniors, la idea es hacer una red para que nos apoyemos y busquemos medios para visibilizarnos y ayudarnos.

«La ciencia es difícil y encima no perdemos el tiempo en explicársela a la gente para que la comprenda»

Susana Gaytán, profesora de Fisiología de la Universidad de Sevilla y divulgadora científica

¿Qué supone para usted ser la actual presidenta de la sección de Andalucía de AMIT?

Un honor, sin duda, por contar con la confianza de todas las compañeras y compañeros, que también hay en AMIT. El machismo patriarcal es muy gritón, pero la mayoría de los hombres que me he encontrado en mi camino no son así, son aliados y hay que decirles: «vamos a hacer mucho ruido para defender esa revolucionaria idea de que hombres y mujeres son personas y que el talento no tiene género».

¿A qué retos se enfrenta?

Entre los principales retos hay uno que está en proceso: una red de investigadoras y tecnólogas, séniors y júniors, para formar una red de mentorazgo en la que escuchemos las necesidades y dificultades que se tienen. El otro objetivo es un proyecto para construir un tejido estable de divulgación que se llama Una científica en tu Cole Andaluz. Es una campaña en la que parejas de una investigadora sénior y otra más joven hacemos visitas a colegios, convirtiéndonos en ese momento en las referentes de esas niñas que antes no nos veían. Todo irá centralizado en una página web donde habrá contenidos y enlaces a todos esos materiales docentes. También contará con nomorematildas, una iniciativa de AMIT nacional que consiste en una serie de cuentos en los que imaginamos qué pasaría si Schrodinger, por ejemplo, se hubiera llamado Matilda.

Su investigación está centrada en la exploración de las bases del control neuronal de las funciones vegetativas. ¿Cómo se asocia la neurociencia al bullying o a la violencia de género?

La especie humana, como primate que es, tiene una relación grupal que se asocia a la jerarquía. La violencia, que es la expresión de la agresión, es una conducta animal que tiene dos tipos: la agresión predatoria, para poder comer, y la jerárquica, en la que hay un macho alfa. Esto no es ni bueno ni malo, es adaptativo, y podemos investigar cuáles son los circuitos que están actuando en esos procesos, cuando los identificamos, podemos aplicarlo a aquello que ya no es adaptativo, es decir, el ejercicio de la violencia en los humanos. La especie humana vive en grupos familiares, donde puede haber una relación tóxica de dominación/sumisión donde termina produciéndose un fenómeno de victimización. Comprender cuáles son las hormonas implicadas en ese proceso ayuda mucho a entender cómo se ha generado y a recuperar a las víctimas. Además, en la violencia de género hay un componente de vulnerabilidad que hace que esta violencia tenga unas características específicas, también hay otro tipo de situaciones socioeconómicas, de dependencia… pero fisiológicamente hay una relación que en biología llamamos apego, que te hace ser más tolerante, más vulnerable y perdonas más. Entonces, cuando las cosas van bien, el apego es estupendo porque protege al grupo, pero cuando las cosas van mal es difícil salir de esa estructura.

«Empezamos a ir a los colegios y a los institutos porque es muy importante que se nos vea a las mujeres que hacemos ciencia y que se vea que somos gente normal»

Susana Gaytán, profesora de Fisiología de la Universidad de Sevilla y divulgadora científica

¿Cuál es el papel que debería jugar la mujer en los próximos años en la ciencia?

Todo el papel, todos los sitios, todas las preguntas, todas las áreas donde esté cambiando el mundo debemos estar por derecho e, incluso, por obligación. El papel de la mujer en la ciencia está en primera fila.

¿Puede resumirnos cómo las diferentes hormonas, en este caso la oxitocina, el cortisol y la prolactina, se relacionan con la recuperación de las víctimas de violencia de género?

Las hormonas todavía no ayudan, la investigación tiene que continuar para lograrlo. En el estudio teníamos a mujeres en fase de recuperación y las recuperadas, pero no se acabó porque nos faltó el estudio de las que estaban en situación de maltrato. Cogimos un grupo de personas que estaban estresadas y vimos que su nivel de cortisol, la hormona del estrés, era inferior a los niveles de estas mujeres; lo mismo ocurría con los niveles de oxitocina y de prolactina. Las mujeres que estaban ya recuperadas, estaban igual que nosotros, pero las que estaban en fase de recuperación mantenían un nivel muy alterado de estas hormonas y cómo estas tienen un papel en el cerebro, las hace más vulnerables y las vuelven más dependientes, y pueden volver a la situación inicial. Si los estudios siguen progresando, conociendo cómo están esos niveles, podemos llegar a tomar medidas de protección de esas mujeres.

¿Cuál es el proyecto del que se siente más orgullosa?

El proyecto del que me siento más orgullosa es justamente el estudio de las hormonas en víctimas de violencia, me da mucha pena habernos quedado sin financiación. Ahora hemos vuelto a trabajar con la violencia de género asociada a un proyecto que tenemos con la Escuela de Ingeniería para hacer análisis de voz y poder determinar a través de las llamadas de teléfono la situación de riesgo. Me gusta mucho la ciencia aplicada al bienestar de las personas.

La protagonista

Susana Gaytán es profesora titular del departamento de Fisiología en la Universidad de Sevilla y forma parte del grupo de investigación en Neurobiología de Vertebrados. Además, es responsable de la Promoción de la Perspectiva de Género en la Hispalense. Sus investigaciones en el campo de la neurociencia se centran en buscar herramientas que faciliten el aprendizaje afectivo y mejoren la resiliencia de las víctimas de violencia. Además de profesora e investigadora, es divulgadora científica y, en especial, está volcada en promocionar la participación de las mujeres en el mundo de la ciencia. Por ello, Gaytán trabaja con la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT), donde actualmente preside su sección en Andalucía.

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