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Marta Fernández colaboró como estudiante con el programa ConvivamUS de la Hispalense.

La pasión y el empeño que aplica en todas las facetas de su vida es el principal rasgo que caracteriza a la médica Marta Fernández. A pesar de que parte de su familia es natural de Utrera, Marta se crio en Aznalcázar, un pequeño pueblo del Aljarafe sevillano, en el que sus padres le inculcaron valores como la perseverancia y el esfuerzo. Los años han hecho de Marta una persona tenaz, virtud que, en ocasiones, se puede convertir en un defecto, dado que no es capaz de delegar. «Quiero abarcarlo todo y, claro, el tiempo es limitado», bromea.

Comenzó su andadura universitaria estudiando Bioquímica, grado que abandonó al comprobar que su vocación no se encontraba entre las paredes de un laboratorio. El trato directo con la gente fue el principal matiz que le hizo tomar un rumbo diferente dentro del campo de la salud, decantándose por la Medicina, que, desde entonces, pasó a formar parte esencial de su vida. La universidad no solo le nutrió académicamente, sino también en el terreno personal. Allí conoció a sus amigos, a los que ahora considera parte de su familia. «He llegado a donde he llegado y, en parte, soy como soy por ellos», asegura de manera rotunda. Su pareja se ha convertido en un pilar fundamental en su día a día. Marta ha encontrado en él la serenidad que contrarresta su carácter impulsivo y emocional. 

«Mi sueño sería tener capacidad de emprendimiento y conseguir crear algo bonito, que ayude a mucha gente»

Marta Fernández, médica

Su etapa universitaria no fue del todo fácil, ya que compaginaba sus estudios con el mundo laboral. Sin embargo, esto no le impidió participar en numerosos proyectos sociales que llamaban su atención. ConvivamUS fue uno de esos programas en los que colaboró como estudiante. En concreto, ConvivamUS pretende dar la posibilidad de insertarse socialmente en la comunidad universitaria a aquellos estudiantes con algún tipo de discapacidad. «Nosotros creamos un ambiente seguro para que estos chicos puedan convivir y saber lo que es estar en la universidad, compartir piso e independizarse», así resume Marta el espíritu del proyecto impulsado por la Universidad de Sevilla. Allí conoció a gente muy diversa, lo que, como ella afirma, le ha aportado muchas experiencias que le han enriquecido tanto a nivel profesional como personal. Una de esas personas fue Sofía Lytvynyuk, con la que Marta estableció un vínculo muy estrecho.

Tras finalizar el grado en Medicina, comenzó a trabajar como médico de adicciones en la Asociación Anclaje, donde estuvo en contacto con personas en periodo de rehabilitación. Este trabajo lo recuerda con mucho cariño, pues le permitió darse cuenta de lo necesaria que es la escucha activa en estos casos. Aunque se consideraba una persona sin prejuicios, Marta Fernández ha aprendido, gracias a todas esas personas que se han cruzado en su camino, a deconstruirse y eliminar los juicios de valor que realizaba de manera inconsciente. Marta defiende que «la capacidad de eliminar los prejuicios es lo más bonito que me ha pasado en la vida». 

Marta Fernández ha trabajado como médico de adicciones en la Asociación Anclaje.

Su carácter inquieto y curioso, así como los proyectos sociales en los que ha participado, le hicieron descubrir su pasión por el campo de la salud mental. Esta especialidad le llamó la atención, pues observó que era una disciplina que requería muchos cambios. Por un lado, Marta quiere poner el foco en la carencia de recursos públicos de los que disponen estas áreas hospitalarias. Defiende de manera ferviente que la salud mental debe estar al mismo nivel que la física.

Por otro lado, cree que siempre ha existido una estigmatización de este tipo de enfermedades, lo que ha llevado a un desconocimiento general. No obstante, asegura que ella se ha enfrentado a estos obstáculos tanto ejerciendo su profesión como estando al otro lado de la mesa. La estigmatización que sufren las personas con alguna enfermedad mental le afecta de forma más personal debido a su implicación con este problema. Por ello ha decidido poner en marcha un nuevo proyecto, distinto a todos en los que había participado antes. Se trata de un podcast que pretende mostrar el lado más humano de aquellas personas con problemas de salud mental. Marta, que no utiliza mucho las redes sociales, ha encontrado en este formato un modo de acercarse a la sociedad y paliar esa ignorancia tan enraizada. «Es un contenido muy fácil de consumir, muy light, y no tienes que ponerte a pensar mucho. Es sencillo de asimilar», comenta. 

Su entusiasmo por el campo de la salud mental también se ve reflejado en sus aficiones. Marta se define como una persona cinéfila, amante de los thrillers psicológicos con un plot twist final que te vuelan la mente. Además, confiesa su pasión por la lectura, que conecta con su carácter tranquilo. Por ello, prefiere una buena charla con amigos en un pub que salir de fiesta.

«La capacidad de eliminar los prejuicios es lo más bonito que me ha pasado en la vida»

Marta Fernández, médica

Estas reuniones con las personas de su entorno más cercano se han visto limitadas por la pandemia. La situación mundial actual, como apunta Marta, ha puesto de manifiesto una saturación de todas las especialidades, afectando especialmente a las unidades de salud mental. Por ello, desde su punto de vista, ahora más que nunca es necesario reivindicar una mayor inversión en esta área de la medicina. Estos meses han resultado duros porque «las restricciones están consiguiendo que haya personas que no se vayan a morir de COVID, pero sí de hambre». Además, deja claro que es esencial que el personal sanitario, en estos momentos tan complicados, sea tratado con respeto. No se debe olvidar –sostiene– que estos profesionales intentan mejorar la calidad de vida de sus pacientes. 

El destino le ha llevado por diferentes caminos y, en la actualidad, trabaja en el campo de la medicina legal. A pesar de haber aterrizado en este puesto de manera casual, su trabajo le apasiona, aunque no descarta cambiar el rumbo el día de mañana. Al ser una persona con un gran carácter emprendedor, Marta Fernández no para de marcarse nuevos retos personales. Su podcast sobre salud mental es su principal ilusión actualmente, aunque tiene en mente otros proyectos para desarrollar a largo plazo. Siempre le ha gustado la idea de crear una organización que permita a todas esas personas que necesiten apoyo, contar con un discurso que les motive. «Mi sueño sería tener capacidad de emprendimiento y conseguir crear algo bonito, que ayude a mucha gente», afirma convencida de que su sueño se materializará en un futuro no muy lejano. 

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