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Con Horizonte 2020, Europa ha puesto las bases para encabezar el desarrollo científico a escala global

Si Estados Unidos es la tierra de las oportunidades para todo buen emprendedor y Japón un gigante tecnológico, Europa ya ha puesto las bases para encabezar el desarrollo científico a escala global. La fuerte competencia de las economías emergentes ha provocado que los tres grandes bloques mundiales que hasta ahora movilizaban casi todo el flujo comercial opten por la innovación. Especial relevancia tiene esta afirmación para la Unión Europea, donde las consecuencias de la crisis económica y financiera han sido más graves. Horizonte 2020 es, además de una ansiada oportunidad para las empresas españolas, la propuesta de los países europeos para no perder el compás del desarrollo. Desde 1984, la Unión Europea cuenta con una política común de investigación e innovación que es financiada a través de lo que se conoce como programas Marco. Estos programas son la principal iniciativa comunitaria de fomento de la I+D y tienen carácter plurianual, de tal manera que hasta 2013 se han sucedido siete programas Marco. A principios de 2014 nació el denominado Horizonte 2020, que se erige en el más ambicioso hasta la fecha gracias a un presupuesto total de 76.880 millones de euros.

Los planes de investigación e innovación previstos por la Unión Europea se enmarcan dentro de Europa 2020, una estrategia para garantizar el crecimiento económico sostenible en la próxima década. Su principal objetivo es corregir las deficiencias del actual modelo productivo pero, al mismo tiempo, reunir las condiciones necesarias para una economía inteligente e integradora. A este respecto, el 3% del PIB de la UE debería invertirse en investigación y desarrollo, según señala un informe emitido por la Comisión Europea. Dicha tarea ha sido encomendada a Horizonte 2020. Tal y como declaró Máire Geoghegan-Quinn, comisaria de Investigación, Innovación y Ciencia, en la presentación del proyecto: «necesitamos una nueva visión de la investigación y la innovación europeas en un entorno económico que ha cambiado radicalmente». En este sentido, destacó que la inversión en una economía europea sana y competitiva es tan importante como el compromiso de reducir la deuda y el déficit. «Horizonte 2020 ofrece un estímulo directo para la economía y asegura nuestra base científica y tecnológica, así como nuestra competitividad industrial de cara al futuro, al augurar una sociedad más inteligente, sostenible e integradora», explicó.

Máire Geoghegan-Quinn: «Horizonte 2020 ofrece un estímulo directo para la economía y asegura nuestra base científica y tecnológica así como nuestra competitividad industrial»

Para ello, Europa necesita una red de excelencia en investigación y desarrollo plenamente eficiente, lo cual conlleva la eliminación de barreras entre los distintos países. Una misma investigación no debe financiarse 28 veces a costa del dinero público de todo el continente, sino que lo más sensato es financiarla una sola vez, en el centro de investigación más idóneo, y luego compartir los resultados. Además, dada la demanda de investigación de alto nivel, para los científicos debería ser más fácil moverse dentro de Europa que cruzar el Atlántico. En resumen, lo que persigue la UE es la consolidación de un mercado único de ideas que permita a los investigadores hacer circular libremente sus conocimientos y sus resultados en beneficio de todos.

Según señala la Comisión Europea, Horizonte 2020 se sustenta en tres pilares. El primero cuenta con un presupuesto de 24.600 millones de euros para reforzar la excelencia científica de la Unión Europea a nivel mundial apoyando a las personas o equipos capaces de realizar investigaciones de alta calidad. En España, las principales instituciones beneficiadas de esta inversión son el CSIC, las universidades y los centros tecnológicos.

Cristina Garmendia, ex ministra de Ciencia e Innovación, destaca la aportación de España en medicina y energías renovables
Cristina Garmendia, ex ministra de Ciencia e Innovación, destaca la aportación de España en medicina y energías renovables

Otra de las directrices que marca el octavo programa Marco es dar respuesta a los retos sociales de los ciudadanos europeos, como podrían ser: la seguridad, la energía, el transporte, el cambio climático y el uso eficaz de los recursos. La Comisión Europea destina a este fin una partida de 31.748 millones con los que pretende movilizar a entidades privadas y públicas. Según asegura la ex ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, los dos ámbitos en los que España juega un papel esencial son la medicina y las energías renovables, pero matiza que «esto no significa que haya que descuidar otras áreas en las que también tenemos mucho que decir, como las Humanidades o la Astrofísica».

El último objetivo, con una dotación de 17.938 millones de euros, es incentivar el desarrollo de tecnologías por parte de las empresas para garantizar el liderazgo industrial de la Unión Europea. Con 154 pequeñas y medianas empresas que han recibido financiación hasta la fecha, España es el país más beneficiado del llamado instrumento PYME. Cristina Garmendia cree que para que estas corporaciones resistan mejor las futuras crisis económicas es fundamental que las políticas de fomento tengan continuidad, ya que «renunciar a la investigación supondría renunciar al futuro de Europa tal y como la conocemos». «La ciencia no puede avanzar a trompicones», añade.

La UE persigue la consolidación de un mercado único de ideas que permita a los investigadores hacer circular libremente sus conocimientos y sus resultados

Los sectores de alta y media-alta tecnología en España emplean al 6,7% de los empleos, una tasa muy superior a la que estos sectores tienen en Andalucía, donde ronda el 3,5% de ocupados, según apunta un informe estratégico de innovación de la Junta. El mismo informe señala que, en la región andaluza, las universidades son el principal soporte de la actividad investigadora, pues aportan casi la mitad del personal dedicado a I+D, y generan, gracias a estos recursos, el 70% de la producción científica. Francisco Triguero, secretario general de Universidades, Investigación y Tecnologías de la Junta de Andalucía, considera que Horizonte 2020 es una oportunidad única porque «debemos dar un paso más para consolidar nuestra integración en redes internacionales, aprovechando las sinergias para participar y, por supuesto, liderar iniciativas más ambiciosas y punteras».

¿Cómo participar en Horizonte 2020?

Las propuestas para cualquier proyecto deben presentarse como respuestas a las convocatorias que lanza la CE a través del Portal del Participante (http://ec.europa.eu/research/participants/portal). En general, un potencial participante en Horizonte 2020 tiene dos modos de implicarse en un proyecto: a partir de una idea propia, o bien uniéndose a un consorcio liderado por un tercero. Después de elegir una opción, la persona interesada deberá remitir una preparación detallada de la propuesta y enviarla a la Comisión Europea. Un comité de expertos la evaluará y, si la propuesta es finalmente aceptada, llega la hora de negociar un acuerdo de subvención en el que se decidirán los términos definitivos. El tiempo máximo entre la aprobación del proyecto y la firma del acuerdo es de tres meses.

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