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Belén Quirós es graduada en Educación Primaria y máster en Educación Secundaria de Música por la Universidad de Sevilla.

Belén Quirós (Sevilla, 1996) es una de esas personas que sabe sacar el máximo provecho de todas las circunstancias. Podría decirse que su vida está escrita en un pentagrama, ya que la música ha formado parte de ella desde pequeña. Su firme compromiso le llevó ser candidata en la última edición de los Premios Fundación Princesa de Girona, que reconocen la trayectoria personal y profesional de jóvenes de entre 16 y 35 años que destacan por su trabajo, sus méritos y su ejemplaridad. Su inscripción en la convocatoria surgió tras una invitación del Consejo Social de la Universidad de Sevilla a la edición del pasado año, en la que coincidió con alumnos de otras disciplinas y lugares de origen. «Fuimos unos privilegiados. Esa experiencia fue una maravilla, con charlas muy motivadoras para jóvenes con ilusión por aportar a la comunidad y dar lo mejor de nuestro potencial», recuerda.

Si por algo se caracteriza esta joven sevillana es por sus ganas de crecer personal y profesionalmente, una ilusión que se desprende de cada una de sus palabras. Graduada en Educación Primaria y Máster en Educación Secundaria de Música, compagina su trabajo como profesora de clases particulares con su participación como soprano en el Coro del Teatro de la Maestranza de Sevilla, al que pertenece desde hace tres temporadas.

Su pasión por la música se despertó pronto, muy influida por el colegio en el que empezó a dar sus primeros pasos: los Salesianos de la Trinidad. A la formación recibida en su escuela de canto se unieron pronto las clases de piano en el conservatorio, siguiendo los pasos de su hermano mayor, teclista. A los quince años, la trayectoria musical de Belén quedó marcada por una conversación con uno de sus maestros del coro. Después de muchos años dedicados al piano, le instó a no dejar nunca la música y no descuidar el terreno vocal, porque veía en ella buenas cualidades. «Esas palabras me animaron a estudiar la carrera de canto lírico», rememora.

«Jamás pensé que me dedicaría al lírico, a la ópera y la zarzuela»

Belén Quirós, soprano y egresada de la US

Sin embargo, en un principio, Belén no quiso apostarlo todo a la música. «Como no quería dedicarme exclusivamente a ella, decidí estudiar una carrera universitaria para ampliar las posibilidades», afirma. Mientras cursaba bachillerato, le rondaba la idea de dedicarse a la salud, movida por la vocación de cuidar y ayudar a los enfermos de su padre, médico. Finalmente, decidió dar una oportunidad a la enseñanza. Si una carrera universitaria ya es lo suficientemente exigente para cualquier joven, Quirós se embarcaba en el desafío de compatibilizarla con su formación musical. Desde los siete años, conservatorio y educación reglada han ido de la mano para ella, circunstancias que la empujaron a cultivar la constancia y la productividad.

Su exigencia personal proviene de los valores que ha aprendido de la música, «una disciplina que te enseña la importancia del esfuerzo y la dedicación». Emplear tanto tiempo en construir su futuro profesional ha conllevado sacrificios, pero reconoce que su personalidad y su ritmo de vida lo han hecho más llevadero. «Al dedicarme a las artes, necesito mis momentos de creación e introspección. He renunciado a ratos con amigos y otros planes por ensayos y bolos, pero siempre he tenido claro que la música iba por delante», confiesa. A sus 23 años y con un futuro prometedor por delante, está claro que su esfuerzo está dando grandes resultados. Formar parte del Coro de la Maestranza está siendo para ella una experiencia enormemente gratificante. «Adentrarse en el mundo de la lírica profesional desde tan pronto es todo un regalo», afirma.

En el coro practica un estilo musical que no había imaginado ni en sus mejores sueños. «En un principio jamás pensé que me dedicaría al lírico, a la ópera y la zarzuela», reconoce. Cambiar su especialidad del piano al canto le llevó a descubrir un mundo del que quedó prendada. Quirós se siente cómoda en el pop, la ópera y el lírico. Y muestra un profundo respeto por el flamenco. «Es un sueño un poco frustrado para mí. Tiene una técnica muy distinta respecto a posiciones vocales, colocación…». Al final, lo importante es que «te guste el estilo que te guste, cantes sano y no te hagas daño», insiste. 

Belén Quirós se siente cómoda cantando pop, ópera y lírico.

Para esta joven sevillana, Lisette Oropesa y Nadine Sierra son sus grandes referentes, artistas de las que destaca su técnica y expresividad. Belén reconoce que sus vídeos son verdaderas «clases magistrales» que analiza para aprender. Tampoco se olvida de la gran María Callas, a la que define como «una soprano brutal que marcó un antes y un después a nivel expresivo».

Con el bagaje de haber participado en multitud de obras, confiesa que su mayor reto fue la interpretación de un aria perteneciente a Romeo y Julieta, a propuesta de su profesora de canto, Aurora Gómez. «No me creía capaz de cantarla porque tiene bastante dificultad y me veía por debajo del nivel que me pedía», reconoce. 

De entre todas las producciones realizadas junto al Coro del Teatro de la Maestranza, recuerda con especial cariño Fidelio, de Beethoven. Ahora, con la situación sobrevenida, se muestra más impaciente que nunca por volver a repetir el sueño de pisar el escenario del Teatro de la Maestranza junto a sus compañeros. «Estrenábamos una obra el uno de abril; llevábamos preparándola desde septiembre… Tenemos muchas esperanzas de compartirla con el público en un futuro próximo», afirma Quirós.

La emergencia sanitaria ha tenido sus efectos en todos los ámbitos de la vida. De entre todos los sectores, el de la cultura ha sido especialmente golpeado por esta situación tan atípica. En ese sentido, Quirós afirma que la pandemia está siendo un punto de inflexión que marcará cambios en el sector musical. «Muchos artistas están acostumbrados a un ritmo de vida muy estresante que no es sostenible. Para lo que sirve este momento es para reflexionar hasta qué punto podemos seguir con este ritmo de vida tan frenético», sostiene.

«Vivimos en una sociedad en la que la creatividad está muy dormida»

Belén Quirós, soprano y egresada de la US

Además, la joven reconoce que es una firme defensora de dar a la cultura el prestigio que se merece. Por ello, insiste en que «la cultura hay que pagarla». Ella reconoce que lo hace con mucho gusto, por vivir en primera persona todo lo que implica. «Al fin y al cabo, hemos echado muchas horas a esta profesión para que se dignifique. No solo es el cantante, sino que hay otras personas detrás que lo hacen posible y que también necesitan comer».

Belén lamenta que su campo, la ópera, siga siendo etiquetada como un género artístico para la élite. No obstante, reconoce que en los últimos años son cada vez más los jóvenes que se acercan a estas obras, gracias a ofertas y descuentos, los cuales considera vitales para seguir nutriéndose de nuevos espectadores. Quizás una de las barreras de la ópera para los jóvenes tiene su origen en cómo la generación actual concibe la vida, el tiempo y la cultura: «Nos va lo rápido, lo instantáneo… una obra de dos horas supone mucho esfuerzo a cualquier chaval porque hemos perdido la capacidad de concentrarnos», defiende. Para ella, aparte de ser el eje de su mundo profesional, la música debe jugar un papel clave en los programas educativos. «La música, si está en los colegios, siempre será un acierto», propone. Quirós lamenta asimismo que siga siendo considerada todavía una materia «de apoyo», ocupando un segundo lugar respecto a otras asignaturas consideradas más útiles.

En esta línea, la joven sevillana reivindica un elemento esencial de la música como es la creatividad, y más que nunca en un momento en el que, desde su punto de vista, esta se encuentra «muy dormida». «Estamos anclados en un sistema que se nos ha impuesto, que nos hemos autoimpuesto y eso hace que se deteriore mucho la creatividad», asegura. Insiste en que la música puede concebirse como un juego a través del que los estudiantes, especialmente los más pequeños, aprenden grandes valores como la superación personal y el trabajo en equipo.

El periodo de confinamiento vivido ha brindado a Belén grandes enseñanzas. Reconoce haber pasado, como muchos, por altibajos, pero tiene una lectura positiva de esta etapa: «Ha sido una experiencia que te puede impulsar a hacer cosas sobre las que antes dudabas y tenías miedo». Su inquietud por aprender y descubrir no solo no se ha debilitado, sino que se ha visto más reforzada que nunca. Además de la música, Quirós tiene otras muchas aficiones, como el deporte. La natación y el patinaje marcaron su infancia y actualmente sigue recordando estas disciplinas con cariño, aunque ahora los paseos en bicicleta tengan más protagonismo.

«Mi objetivo es vivir del canto, aunque sé que es difícil»

Belén Quirós, soprano y egresada de la US

Con una mente tan inquieta como la suya, resulta natural su gusto por la lectura. De entre todos los géneros, confiesa que los libros de desarrollo personal son sus favoritos: «La inteligencia emocional me atrae. En mi grupo de amigos me llaman la preguntitas», reconoce entre risas. Su entusiasmo por seguir acumulando conocimientos explica también su pasión por viajar, que cultiva desde pequeña gracias a sus padres. «Me queda mucho por conocer y me encanta –reconoce– todo lo que sea compartir distintas maneras de vivir». Entre sus destinos predilectos se encuentra Estambul, un lugar que le inspira y que está deseando conocer en primera persona.

Por todo ello, Belén no descarta probar suerte fuera de España, posiblemente en Francia o en Italia, para cumplir su objetivo de futuro: poder dedicarse en exclusiva al canto. «Dentro de pocos años, cuando termine mi carrera de canto, me gustaría tener la experiencia de vivir en el extranjero y hacer audiciones en distintos teatros», afirma.

La joven es consciente de la dificultad que implica lanzarse a la carrera musical sin reservas, pero no lo ve imposible. «Está el talento, el factor suerte y el trabajo. Para mí son los tres ingredientes necesarios para que una carrera musical y artística recoja frutos», señala. A sus 23 años, demuestra tener los pies bien anclados en la tierra; considera que marcarse objetivos ambiciosos es necesario, pero también lo es no obcecarse ni planear demasiado. «Si algo he aprendido en esta vida es que vienen oportunidades a las que no se puede decir que no porque están para ti y vienen cuando menos te lo esperas. Tengo la confianza de que lo que me va llegando en la vida es por algo», insiste.

Belén Quirós sigue formándose como artista en el conservatorio, adquiriendo experiencia sobre las tablas junto al Coro de la Maestranza y en diversos eventos y curtiéndose en la docencia con clases particulares y en escuelas de música. Todo un ejemplo de humildad, talento y trabajo duro, ingredientes que están acercando cada vez más a esta joven sevillana a un futuro indudablemente prometedor.

Belén Quirós no descarta probar suerte como soprano fuera de España, posiblemente en Francia o en Italia.

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