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Jorge Carlos Lebrón representa a CCOO en el Consejo Social de la Universidad de Sevilla.

Jorge Carlos Lebrón se ha dedicado a lo largo de su carrera laboral a dar soporte informático tanto a clientes privados como administraciones públicas con la empresa Fujitsu Technology Solutions, donde ha sido presidente del Comité de Empresa. Además, es militante de Comisiones Obreras (CCOO) en Sevilla, donde ocupa en la Comisión Ejecutiva el cargo de secretario de Política Institucional desde el pasado mes de mayo.

Nuestro protagonista acaba de incorporarse al Consejo Social de la Universidad de Sevilla, un nuevo proyecto en el que –asegura– tiene muchas ganas de involucrarse. En esta entrevista, Jorge Carlos Lebrón denuncia las dificultades que encuentran los jóvenes a la hora de conseguir un trabajo estable y, además, se muestra esperanzado en que con el gobierno de PSOE y Unidas Podemos se pueda derogar la Reforma Laboral de 2012.

¿Cómo ha evolucionado el sindicalismo en España desde la transición?

Yo resaltaría el famoso proceso 1001. Cuando cayó la cúpula del sindicato en Madrid, se desarrolló justo a finales de la época del franquismo y tuvo una repercusión internacional muy importante. El día que Carrero Blanco sufrió el atentado coincidía con el día que se iba a juzgar a los compañeros de CCOO, y la primera reacción del régimen fue entender que el sindicato puso la bomba, por ello, se les devolvió a la cárcel sin pasar por el juicio. Esto sirve para mostrar cómo hubo un grupo de hombres y mujeres que se jugaron la vida durante muchos años en CCOO. Ahora, el sindicalismo de clase está consolidado. Pongo muchas veces en valor la forma en la que el sindicato se desarrolla en este país. Nosotros, en este caso UGT y CCOO como sindicatos mayoritarios, afianzamos los convenios colectivos y toda la normativa laboral para el 100% de las plantillas, estén o no afiliadas a cualquiera de los sindicatos. Esto no existe en el mundo anglosajón de la misma manera, hay países que tienen acuerdos de eficacia limitada: el sindicato negocia y lo que negocia afecta a las personas que están afiliadas al sindicato únicamente. En la actualidad, tenemos casi un millón de afiliados, pero la importancia no está en el número sino en la representación que tenemos en las empresas. Ahora tenemos casi 90.000 delegados por toda España que otorgan la representación institucional para poder negociar los convenios colectivos. Además, en la última década ha habido una importante mejora de acceso y de participación del mundo femenino al sindicato y es absolutamente necesario que esté presente en las negociaciones en igualdad de condiciones.

¿Es necesario reinventar el sindicalismo en el siglo XXI para adaptarlo a los nuevos tiempos?

Las bases del sindicalismo siguen siendo las mismas, pero sí ha tenido que cambiar la manera de comunicarse. Se puede explicar con un ejemplo de la provincia de Sevilla: yo antes estaba en política territorial, que abarcaba la coordinación de todas las sedes que el sindicato tiene por la provincia. Hace 30 años, esas sedes articulaban la vida social y política del sindicato y de lo que sucedía en cada pueblo. Hoy hemos mejorado muchísimo el funcionamiento de dichas sedes para que las personas afiliadas puedan tener un asesoramiento jurídico con Sevilla sin la necesidad de venir aquí. También las redes sociales e Internet han ayudado a que las personas estén mejor informadas sustituyendo el boca a boca que se producía en las sedes. Aunque mantenemos esos espacios, hemos tenido que reinventarnos y ser muy activos en redes.

«Las condiciones de trabajo son mucho mejores en los sectores donde hay una alta presencia sindical que en aquellos donde no la hay»

Jorge Carlos Lebrón, secretario de Política Institucional de CCOO Sevilla

¿Hasta qué punto es preciso aprobar un nuevo Estatuto de los Trabajadores en el contexto actual?

Hay que adaptar el Estatuto de los Trabajadores a las nuevas realidades porque hay situaciones que no estaban contempladas cuando se redactó y hoy son muy comunes. Cuando el PP formó Gobierno en 2008 realizó la famosa Reforma Laboral, cuyos cambios ponen todo el peso de la decisión ejecutiva en la parte empresarial, dando un amplio margen de maniobra al empresario, quien puede tomar cualquier tipo de decisión, sin ningún tipo de contraprestación judicial o sin que los trabajadores y trabajadoras puedan pararlo. Entonces, antes de que se redacte un nuevo estatuto, estamos pidiendo que se derogue la Reforma Laboral, es decir, que volvamos a la situación previa. Conseguida la derogación, empezaríamos la negociación del nuevo estatuto. Espero que en la legislatura actual con el Gobierno de Unidas Podemos y el PSOE la reforma laboral se pueda derogar. Tras esto, la redacción de un nuevo Estatuto es absolutamente necesaria, ya que hay situaciones actuales que no están previstas en la normativa laboral.

En los últimos meses, se han producido varias movilizaciones de trabajadores en contra de los despidos en grandes empresas de nuestro país. ¿Qué alternativa se plantea desde los sindicatos a estos recortes en un periodo de recesión económica?

El primer objetivo es intentar que esos despidos no se produzcan. Entidades bancarias como CaixaBank y BBVA, que han estado recibiendo ayudas públicas y, además, tienen millones de beneficios, han emprendido dos procesos de Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) muy potentes. Esto ha provocado que muchísimas personas teman por su trabajo. Desde nuestro punto de vista, ni es el momento ni está justificado. Son empresas que en su cuenta de resultados no han tenido pérdidas, por lo que, en este caso, sería más conveniente reenfocar el negocio. Por ejemplo, en el caso de la banca con la llegada de la banca online, habría que cualificar a la plantilla y seguir contando con ella al completo, porque el negocio no ha descendido.

Debido a la pandemia, muchos trabajadores se han visto obligados a teletrabajar en su domicilio. ¿Qué le parece desde la perspectiva sindical el nuevo decreto ley sobre teletrabajo que se ha aprobado recientemente?

El decreto ley es una adaptación a la nueva realidad laboral llegada con la pandemia. El teletrabajo se ha instaurado en muchísimas empresas y era necesario regular esta situación generalizada que antes era excepcional, porque se traslada al domicilio del empleado costes estructurales que deben ser de las empresas. Por otro lado, nos preocupa mucho la carrera profesional de los empleados pues en España existe un fuerte apego a la presencialidad en los centros de trabajo. De hecho, la productividad se mide por la cantidad de tiempo de trabajo que se pasa en tu puesto de trabajo y esa idea debe cambiar para que las personas que estén trabajando presencialmente, y las que lo hagan teletrabajando, tengan las mismas oportunidades. El decreto es un paso más, pero no ha podido entrar a valorar todas las casuísticas que se producen en las diferentes empresas, con lo cual es una norma de mínimos que permite instaurar las bases; luego, la representación de los trabajadores debe afinar cuáles son los puntos que deben desarrollarse en función de la actividad que tenga cada empresa.

«El decreto ley sobre teletrabajo es un paso más, pero no ha podido entrar a valorar todas las casuísticas que se producen en las diferentes empresas»

Jorge Carlos Lebrón, secretario de Política Institucional de CCOO Sevilla

¿Cómo ha evolucionado la afiliación a los sindicatos entre las generaciones más jóvenes en los últimos años?

Tenemos buenos resultados en general, donde se ha producido un mayor problema es en la afiliación de las personas menores de 30 años. Hay varios motivos: uno, fundamental, reside en la dificultad que tienen las personas jóvenes para acceder a los puestos de trabajo estables antes de los 30 años, y así es muy difícil que un trabajador se afilie si está dando tumbos de un trabajo a otro, y mucho menos si estás con una mochila amarilla en la espalda moviéndote en bicicleta. También, dentro del sindicalismo, no hemos sabido vendernos de manera correcta. Sería ideal que los jóvenes entendieran el sindicato como un instrumento de mejora de sus condiciones laborales. Por eso, en el momento que una persona entrara en el mercado laboral lo ideal sería que estuviera afiliada a un sindicato. No es opinión mía, sino pura estadística: las condiciones son mucho mejores en los sectores donde hay una alta presencia sindical que en aquellos donde no la hay.

También es vocal del Consejo Social de la Universidad de Sevilla, ¿cuál es la labor que desempeña en esta institución?

Yo comienzo ahora sustituyendo al compañero Carlos Carreño, tengo mucha ilusión en esta nueva etapa. En el Consejo Social, tanto las organizaciones sindicales como de las de la ciudadanía en general, pueden mostrar lo que está sucediendo en la sociedad a la universidad y viceversa. Yo defiendo firmemente que tenemos que aprovechar mucho más a la Universidad porque es donde están las mentes pensantes.

El protagonista

Jorge Carlos Lebrón, técnico de sistemas especializado en electrónica y redes, es militante de Comisiones Obreras (CCOO) y durante los últimos cuatro años ha desarrollado su labor sindical en la delegación provincial de Sevilla, como secretario de Política Territorial, aunque recientemente ha asumido el cargo de secretario de Política Institucional. También es miembro del Consejo Económico y Social tanto en la ciudad como en la provincia, y representa a CCOO en otras instituciones, como el Consejo Social de la Universidad de Sevilla.

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