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La ONG Entreculturas tiene varios proyectos educativos repartidos por el mundo, como el de la imagen, en Bolivia

La educación es la mejor herramienta social para que los ciudadanos tengan las mismas oportunidades de participar en la vida pública. Además, una buena educación habilita para el ejercicio de otros derechos, deberes y libertades, como por ejemplo, encontrar un trabajo, llevar una alimentación sana y hasta luchar contra la desigualdad de género. Sin embargo, el desarrollo de este derecho fundamental está muy desequilibrado en los diferentes lugares del planeta. Mientras que las aulas del primer mundo están equipadas con Internet y un sinfín de dispositivos electrónicos, el último Informe de Seguimiento de la Educación Para Todos en el Mundo, elaborado por la UNESCO, muestra que todavía existen 58 millones de niños que no pueden acceder a la educación y otros 100 millones que no terminan la enseñanza primaria, datos que afectan sobre todo al Tercer Mundo. Pero estos no son los únicos problemas a los que se enfrentan los gobiernos en materia de educación, pues también urge una mayor inversión para la contratación de docentes formados, la creación de escuelas y el abastecimiento de las mismas con material adecuado.

Para garantizar el compromiso de los estados y de la sociedad en general, desde hace quince años, se celebra la Semana de Acción por la Educación (SAME) en 124 países, con representación en todos los continentes del mundo. Esta iniciativa se enmarca dentro de la Campaña Mundial por la Educación (CME), que organiza una coalición internacional formada por las ONG Ayuda en Acción, EDUCO y Entreculturas, además de por sindicatos del entorno educativo, centros escolares y movimientos sociales. El objetivo de la SAME es el de de movilizar y sensibilizar a las distintas sociedades del papel fundamental que desempeña la educación. José Manuel Moreno, responsable de Estudios e incidencia política de Entreculturas, organización que lidera el proyecto, señala que las actividades que se llevan a cabo durante esta semana son necesarias para «denunciar la situación de la educación y hacer ver a las autoridades públicas que es importante invertir en ella, porque se trata de la mejor herramienta para transformar el mundo. Por tanto, cualquier reto pasa por ampliarla y mejorarla».

Una niña lee un manifiesto durante el acto reivindicativo que se celebró en la Universidad de Sevilla con motivo de la Semana de Acción Mundial por la Educación
Una niña lee un manifiesto durante el acto reivindicativo que se celebró en la Universidad de Sevilla con motivo de la Semana de Acción Mundial por la Educación

Con motivo de la SAME, que se celebró del 25 al 30 de abril bajo el lema «la Educación nos protege, protejamos su financiación», hubo actos reivindicativos en 28 ciudades de toda España, donde niños y niñas salieron a la calle con un paraguas como símbolo de la protección que proporciona este derecho fundamental. En Sevilla, varios centros educativos de la provincia participaron en las actividades que se celebraron en la Facultad de Educación de la Hispalense; por ejemplo, dos alumnos del Colegio La Milagrosa leyeron un texto en el que reivindicaban que «la educación es un derecho no un privilegio. Hoy los que estamos aquí hablamos por los que no tienen voz. Tenemos el derecho y la obligación de exigir las mismas oportunidades para todos los niños y niñas del mundo. Demandamos el derecho a una educación de calidad que promueva la igualdad y que permita a cada alumno y alumna subrayar su propio potencial».

Los esfuerzos de los gobiernos, de la sociedad civil y de la comunidad internacional han ido dando sus frutos en el marco de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con la firma de varios acuerdos. La UNESCO observa un notable progreso en algunos campos, como los que se recogen entre los Objetivos de Desarrollo del Milenio, reformulados recientemente en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En el año 2000, por ejemplo, la cifra de niños que no accedían a la escuela era de 110 millones. Los datos de 2015 muestran que la cantidad se ha reducido casi al 50%, siendo la cifra de unos 58 millones, según ha dado a conocer el último Informe de Seguimiento de la Educación para Todos, elaborado por la UNESCO. El esfuerzo ingente que resta por hacer se centra en reducir los 820 millones de analfabetos registrados antes del acuerdo acerca de los 6 objetivos de la Educación para Todos sellado en Dakar en 2000; hoy se sitúa en una alarmante cifra de 760 millones. Para cumplir con este y otros objetivos, estos compromisos han vuelto a firmarse en el Foro Mundial de Incheon (Corea), con la aprobación del nuevo Marco de Acción por la Educación 2030.

«Es importante invertir en educación, Cualquier reto pasa por ampliarla y mejorarla», reclama josé manuel moreno

La brecha financiera que separa a los países más preocupados de los más descuidados en el ámbito de la educación aún es grande. La UNESCO establece que faltarían en torno a 39 millones de dólares para llevar a cabo un programa de educación para todos. Esta cantidad, que puede parecer desmesurada, equivale a 15 días de gasto militar, según expresa Moreno. Además, los países más pobres, como los del África Subsahariana, que cuentan con un alto índice de natalidad, son los que menos han avanzado en este campo. Según el responsable de estudios e incidencia política de Entreculturas, «es necesario que los países ricos inviertan una parte de sus políticas de solidaridad y cooperación internacional en proyectos educativos, para que los que menos tienen no digan que no cuentan con una política educativa completa porque les falta dinero».

No obstante, la responsabilidad con la educación va más allá de las cifras. De nada sirven los avances cuantitativos si no se cumplen unos requisitos de calidad, que muchos estados desestiman. Un ejemplo de ello es Arabia Saudí, un país con una alta capacidad económica, como para disponer de variados proyectos formativos, que sin embargo ha optado por que la cualidad igualitaria de la educación quede relegada a un segundo plano, prohibiendo el acceso a las mujeres. Asimismo, la educación, como reflejo de la sociedad, se encuentra fuertemente vinculada a la calidad democrática de los pueblos. No hay modelos educativos equitativos en sociedades desiguales puesto que, como indica José Manuel Moreno, un sistema democrático potente genera ciudadanos críticos, informados y concienciados, algo que en determinados países no interesa. Por ello, Moreno subraya que «la educación es una medida política clave que no se debe dejar sólo en manos de los representantes políticos, pues dentro de ella puede haber intereses. Por eso, la debemos demandar todos».

José Manuel Moreno, responsable de Estudios e incidencia política de Entreculturas
José Manuel Moreno, responsable de Estudios e incidencia política en Entreculturas

Por otra parte, pese a que la UNESCO apunta a que son 59 millones los niños que no van a la escuela primaria y 64 millones a la secundaria, es más acertado señalar que se trata de 250 millones de niños y adolescentes los que no ejercen su derecho a la educación. Esto se debe a que, aunque muchos acuden a las aulas, cuando son evaluados de conocimientos mínimos no llegan a un nivel aceptable. Esta carencia pone de manifiesto la necesidad de contar con un profesorado formado, motivado y remunerado capaz de hacer de las clases un lugar donde desarrollar y potenciar los conocimientos y habilidades de los alumnos.

Otra cuestión fundamental es distinguir entre calidad y excelencia, ya que como expresa Moreno «un país puede decir que tiene grandes resultados en las evaluaciones, pero si está dejando fuera una parte de la población, dicho sistema educativo es mejorable». De la financiación de los gobiernos depende la retribución de los docentes, la creación de escuelas y la obtención de material adecuado. Los profesores deben servir de guías para inculcar en sus alumnos un espíritu crítico y ofrecerles una formación en valores que mantenga esta concepción de la educación durante generaciones. Juan Lafuente, profesor del I.E.S. Azahar de Sevilla, coincide con esta postura y asegura que «antes se tenía claro que la educación era la puerta hacia el futuro. Esa idea la seguimos observando en los alumnos que llegan de Latinoamérica, pero los españoles piensan ahora que la educación es un infierno».

«En Guatemala existen zonas donde los padres guardan cola durante la noche para asegurar a sus hijos una plaza en la escuela», afirman desde entreculturas

Para José Manuel Moreno, lo sustancial aquí reside en que para la ciudadanía española es impensable que se les retire el derecho a la educación, «se ve como algo normal y por ello no se valora como en otros lugares donde se ha luchado mucho por conseguirla. En países como Guatemala existen zonas donde los padres guardan cola durante la noche para asegurar a sus hijos una plaza en la escuela». Por ello, resulta de vital importancia que los padres también compartan este pensamiento que liga la educación al futuro. Sin embargo, entre los seis objetivos de la Educación para Todos firmados en Dakar, la alfabetización de adultos sigue siendo una asignatura pendienteComo señala José Manuel Moreno, «uno de los grandes problemas es que nos encontramos con progenitores que no ven importante que sus hijos vayan a la escuela». Para combatirlo, desde Entreculturas se está trabajando, por ejemplo, en un proyecto de escuelas rurales en Perú, donde padres y madres reciben clases con el fin de inculcarles el valor de la educación.

En el objetivo de la concienciación es clave la participación de los medios de comunicación, a los que Moreno atribuye un papel esencial, en tanto que entidades educadoras, en la transmisión de actitudes, comportamientos y aprendizajes, de ahí que con su labor «entretengan y formen pero, sobre todo, no maleduquen». Conseguir acuerdos en materia de educación es sencillo, la clave está ahora en convertirla en un asunto prioritario en la toma de decisiones internacionales para que esta herramienta de desarrollo económico, social y cultural esté al alcance de todas las poblaciones del mundo. La educación nos protege. Pero, ¿protegemos su financiación?

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