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Anabel Morillo, presidenta de la Fundación Focus

Con 37 años de trabajo en la Fundación Focus a sus espaldas, Anabel Morillo sigue apostando por el valor cultural y artístico que ostenta la ciudad de Sevilla. Sus conocimientos en Historia del Arte le han servido para dotar a Los Venerables de exposiciones de gran envergadura, entre las que se encuentra Velázquez. Murillo. Sevilla. De esta manera, la figura de Velázquez ha jugado un papel fundamental en la vida de nuestra protagonista.

Agradecida por las personas que la han apoyado a lo largo de estos años, siente orgullo al mirar los objetivos cumplidos dentro de la Fundación. Sin embargo, su ambición por alcanzar nuevos retos no cesa. Así, el nombramiento como patrona del Museo del Prado se presenta para Morillo como uno de sus mayores logros personales y profesionales.

¿Cómo fueron sus años estudiando Historia del Arte en la Universidad de Sevilla?

Tuve una experiencia verdaderamente gratificante porque al final he podido aplicar los conocimientos científicos a mi responsabilidad en Los Venerables. Por supuesto, la cultura sevillana y su Historia del Arte no se entienden sin pasar por la Universidad. Tengo recuerdos maravillosos de algunos profesores de reconocido prestigio internacional en la Historia del Arte.

Sin embargo, los primeros años fueron dificilísimos para mí, porque inicié los estudios universitarios ya trabajando en Los Venerables, bajo la presidencia de Javier Benjumea Puigcerver. Además, como tenía ya dos niños pequeños, intentaba sacar tiempo para estudiar los fines de semana.Hice una carrera media, no puedo decir que fuera una alumna de matrícula. Acabé en el año 1996 después de seis años duros pero ilusionantes y, justo ese año, el patronato de la Fundación Focus me nombró subdirectora y, en 2001, ya pasé a ser Directora General.

¿Cómo y por qué nace su pasión por el Barroco sevillano?

Es difícil aislarte en esta ciudad en la que he nacido y más aun trabajando a diario en un monumento histórico-artístico clave del siglo XVII como Los Venerables. Todo es mágico y cercano. Además, Sevilla guarda un rico patrimonio cultural y disponemos de bibliotecas especializadas como la del Barroco de la Fundación o la de la Universidad de Sevilla, cuyos fondos son una mina para el conocimiento. Los libros antiguos y las estampas me apasionaron y me han acompañado siempre en mi carrera profesional. Más tarde, apareció Velázquez en mi vida y sobre todo en la de la Fundación.

¿Qué papel ha desempeñado la figura de Velázquez en su vida?

Ha sido y es un artista clave y fundamental para desarrollar mi trayectoria profesional. Todo empezó en 1990 con la primera visita a la gran exposición Velázquezcomisariada por Alfonso E. Pérez Sánchez en el Museo Nacional del Prado. Él fue nuestro gran asesor artístico y me inculcó la pasión por el artista sevillano. Me enseñó que un historiador del arte debe visitar exposiciones, especialmente las relacionadas con Velázquez, como las organizadas en Capodimonte, Nueva York, Londres o París.  En 2005, organizamos un proyecto largamente soñado por Alfonso y su discípulo Benito Navarrete, denominado De Herrera a Velázquez. El primer naturalismo en Sevilla. Este trabajo abrió una línea de investigación que resultó ser el germen de la adquisición en 2007 por Focus Abengoa de la obra Santa Rufina. Con este rescate, la Fundación dio un salto cualitativo al unirse al primer hito cultural en 1991 con la restauración del Hospital de los Venerables, nuestra sede actual. Con el paso del tiempo, fuimos incorporando otras grandes obras de este pintor y del otro referente sevillano, Bartolomé Esteban Murillo, que se exponen de forma permanente en el Centro Velázquez en los Venerables.

«La Fundación se plantea dos retos importantísimos: conseguir ingresos y afianzar sus relaciones estratégicas con museos nacionales e internacionales», afirma la vocal del Consejo Social

¿Cuál es su función como directora general de la Fundación Focus?

Consiste principalmente en la gestión del patrimonio cultural y artístico, velando por la conservación y difusión, no solo de las obras de arte propiedad de la Fundación, sino también de las que atesora el Hospital de los Venerables, Bien de Interés Cultural (BIC) y que es propiedad del Arzobispado de Sevilla. Además, me encargo del desarrollo de actividades culturales y educativas como exposiciones, seminarios, simposios, conciertos de música, etc. Es decir, gestionamos el conocimiento y las emociones que proporcionan las obras de arte a los diversos públicos. También, desde hace tres años, intentamos atraer al turismo cultural, que es una gran vía para obtener ingresos que permitan mantener y sostener la labor de conservación y difusión del patrimonio artístico sevillano.

¿Cuáles son los principales objetivos o retos a los que se enfrenta en la actualidad como directora de la Fundación?

La Fundación se plantea dos retos importantísimos: el primero, conseguir ingresos y, el segundo, afianzar sus relaciones estratégicas con los museos y centros culturales nacionales e internacionales, con los que trabaja desde hace años y permiten el desarrollo de actividades culturales de excelencia. En esta línea, entendemos que el turismo cultural de calidad debe vincularse al mecenazgo privado que reportará beneficios que ayuden a la conservación y promoción del patrimonio histórico.

Por supuesto, estamos abiertos a otras colaboraciones e intercambios con otras instituciones, como hemos hecho con el Museo Picasso de Málaga, con el que firmamos un acuerdo para difundir a los maestros Picasso y Velázquez. De hecho, la Inmaculada de Velázquez se ha mostrado allí varios meses dentro de la exposición El Sur de Picasso.Referencias andaluzas. Tenemos más frentes abiertos, entre ellos nuestra presencia en los medios de comunicación y la adaptación a la red. Por ello, nos estamos planteando la digitalización de nuestros fondos: archivos fotográficos, fondos documentales, etc. Pensamos que el conocimiento debe circular. Esta nueva etapa la estamos afrontando con mucha ilusión.

Anabel Morillo ha sido nombrada recientemente patrona del Museo del Prado.

En su trayectoria profesional, ¿ha tenido que superar muchos obstáculos y dificultades hasta llegar a la dirección de la Fundación Focus?

Cada proyecto es un reto. La cuestión es superarse estudiando cuáles son las mejores estrategias para cada uno. Una exposición requiere dos o tres años de trabajo desde la concepción de la idea hasta su muestra, y para conseguirlo los obstáculos deben saltarse por un lado o por otro. Si siguen existiendo inconvenientes, pido a alguien que me ayude a superarlos. Así que reconozco que las dificultades me motivan.

¿Ha sentido en algún momento de su carrera la presión, por el simple hecho de ser mujer, del techo de cristal? ¿Es el arte un mundo profesional paritario?

Mi realidad es que no he sentido ese problema. He tenido mucha suerte porque siempre he estado muy apoyada por el patronato y por las personas que me rodean. Nunca he tenido esa sensación, pero reconozco que me siento en las reuniones y el 90 % son hombres. En la mayoría de los museos europeos y americanos, por poner un ejemplo, los directores de los mismos son hombres. Y lo mismo ocurre en las fundaciones privadas. En mi caso, hace muchos años que soy directora general y me mantengo en este sitio.

«Sería un reto poner en valor el patrimonio en un museo para que pueda disfrutarlo el público y a la par atraiga turismo cultural a Sevilla», señala la presidenta de la Fundación Focus

¿Qué convenios existen actualmente entre la Universidad de Sevilla y la Fundación Focus?

Siempre ha existido un convenio de colaboración que nos permite hacer proyectos conjuntos. De hecho, hace dos años firmamos con Miguel Ángel Castro, el rector de la US, para poder ayudarnos mutuamente. Sobre todo, ahora con la necesidad de continuar informatizando los fondos de la biblioteca, que es una de las mayores carencias y que podemos suplir con la inestimable ayuda de becarios especializados.

También mantenemos un convenio histórico muy importante con la Editorial de la Universidad. Los premios a la mejor Tesis doctoral sobre un tema relacionado con Sevilla que concede la Fundación desde 1983 siempre se han coeditado con la Universidad de Sevilla.

¿Cuál puede ser su aportación como vocal del Consejo Social de la Universidad de Sevilla? ¿Qué retos o desafíos se plantea desde el mundo del arte?

Me siento muy cercana a la Universidad, ya que es la mía. Cuando hace dos años se hizo el plan estratégico que proyectó el rector, Miguel Ángel Castro me incluyó en un panel que trataba sobre el área de cultura donde pude expresar mi opinión sobre este campo en el que creo pude aportar algunas ideas.

Además, la presidenta del Consejo Social, Concha Yoldi y el propio rector me propusieron formar parte del Consejo Social, tal vez porque el campo de humanidades y cultura no estaba tan cubierto como sería deseable. Como la fundación acababa de celebrar con éxito la exposición Velázquez. Murillo. Sevilla, seguramente pensaron que mi experiencia podría ayudarles en la concepción del nuevo museo de la Universidad, proyecto en el que se trabaja con mucho interés desde hace años.

La Hispalense tiene un patrimonio artístico muy potente y un equipo de profesionales muy cualificado. Se merece un buen museo, abierto a la sociedad y a la colaboración con otras instituciones culturales. Sería un reto poner en valor el patrimonio en un museo para que pueda disfrutarlo el público y a la par atraiga turismo cultural a Sevilla. Me gustaría que mi aportación fuera esa.

¿Qué sintió cuando la nombraron patrona del Museo del Prado?

Me sentí la mujer más feliz del mundo. Desde ese momento, pasé a formar parte de uno de los museos más importantes a nivel internacional, que posee grandes obras de Velázquez, mi artista predilecto. El museo, además de contar con centenares de tesoros artísticos, dispone de un equipo humano de trabajadores y conservadores de primerísimo nivel a cuyo frente se encuentra un gran director como es Miguel Falomir. Además, el Museo del Prado este año conmemora el 200 aniversario de su fundación y está llevando a cabo un programa de actividades inteligentes y con un plan estratégico de comunicación muy bien pensado. Mi entrada en el patronato no ha podido tener mejor ocasión.

«Cuando me nombraron patrona, me sentí muy feliz porque he pasado a formar parte de uno de los museos que ostenta grandes obras de Velázquez, mi artista predilecto», destaca la patrona del Museo del Prado

¿Le podría explicar a una persona ajena al sector artístico en qué consiste su trabajo como patrona de uno de los museos más importantes y más visitados del mundo?

La función principal de un patronato es apoyar y ayudar al director y a su equipo en la planificación estratégica de la gestión y promoción de las colecciones. La simbiosis entre el patronato y el director es fundamental para la buena marcha de cualquier institución. Personalmente intentaré «aportar mi granito de arena».

La protagonista

Licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Sevilla, Anabel Morillo se incorporó a la Fundación Fondo de Cultura de Sevilla (Focus) en 1982, año de su creación por Abengoa, siendo nombrada subdirectora en 1996. Desde el año 2001, es su directora general y desarrolla su trabajo en el Hospital de los Venerables (s. XVII) de Sevilla, sede de la Fundación Focus desde 1991.  Cabe señalar su impulso en la adquisición del cuadro Santa Rufina de Velázquez en 2007, que constituyó la base para la creación del Centro de Investigación Diego Velázquez y de su colección permanente. Como subdirectora y después directora general de la Fundación ha llevado a cabo el trabajo de gestión y producción de un intenso programa de exposiciones, entre las que encontramos Velázquez. Murillo. Sevilla (8 noviembre 2016 – 2 abril 2017), su último proyecto expositivo. Desde 2018, es vocal del Consejo Social de la Universidad de Sevilla y del Real Patronato del Museo Nacional del Prado.

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