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En el patio que preside la sede de Proyecto Hombre Sevilla se respira un ambiente hogareño, como el de alguien que viene a pasar religiosamente un rato a casa. De confort, como si se estuviera a salvo. El centro es hoy un refugio, un espacio de paso, que ocupa de manera transitoria cualquiera persona que disponga de la voluntad necesaria para reinsertarse de nuevo en sociedad. 

«Entré en Proyecto Hombre porque amigos y familiares me impulsaron. Tuve una recaída al ser jefe de grupo porque revivir con los nuevos el proceso me cargaba de ansiedades. Hoy soy otra persona, disfruto de la vida, tengo muchísimas amistades y me he deshecho de las personas y hábitos que me trajeron hasta aquí», cuenta con alegría su experiencia José Antonio, que lleva más de un año en tratamiento. 

La organización, subvencionada en 2018 con una ayuda del Consejo Social de la Universidad de Sevilla por el proyecto Enseñando a disfrutar de un ocio y unos hábitos de vida saludable a usuarios de los programas de rehabilitación de Proyecto Hombre Sevilla para una mejor reinserción,da sus primeros pasos en los años ochenta, como respuesta al boom de la droga. El grave problema llega sin que nadie sepa cómo resolverlo. En Sevilla, Cáritas,junto con otros grupos, y el médico Francisco Herrera (hoy presidente de Proyecto Hombre Sevilla), preocupados por la situación, toman la determinación de poner en marcha la búsqueda de soluciones. Tras estudiar varios programas, se escoge el de Proyecto Huomo, de origen italiano, por su carácter mediterráneo y se pone en marcha en Sevilla. 

«Hoy soy otra persona, disfruto de la vida, tengo muchísimas amistades y me he deshecho de las personas y hábitos que me trajeron hasta aquí», confiesa José Antonio, que lleva más de un año en tratamiento

Proyecto Hombre es un método terapéutico educativo que se sustenta en diferentes entidades jurídicamente independientes. Es decir, bajo ese nombre se comparte un método, no una organización. El programa de Sevilla está sustentado por la Fundación Centro Español de Solidaridad, en cuyos principios fundamentales figuran la laicidad y la aconfesionalidad. 

A lo largo de su andadura, Proyecto Hombre Sevilla ha puesto en marcha diferentes proyectos adaptados a las necesidades de la sociedad actual. Se ha convertido en la solución para personas con problemas muy distintos y han ido ampliando progresivamente sus programas en pro de dar cobijo y ayuda a causas muy distintas. Han querido dar respuesta a las nuevas adicciones que ha puesto sobre la mesa la Nueva Era de las Tecnologías, entre otras. Ana Bastos, directora de Servicios Generales, explica que «lo privado se adapta mucho más rápido a la realidad que lo público», aunque también se beneficien de conciertos, y gracias a ello, han podido dar respuesta inmediata a las nuevas problemáticas sociales que han ido apareciendo. 

En el Centro de Tratamiento Ambulatorio, realizan actividades de prevención, deshabituación, rehabilitación y reinserción socio-laboral para las personas con problemas de adicción.

Cuentan con el Centro de Tratamiento Ambulatorio, financiado por la Junta de Andalucía y ubicado en el barrio sevillano de Triana. En este se realizan actividades de prevención, deshabituación, rehabilitación y reinserción socio-laboral para las personas con problemas de adicción. El objetivo de esta primera fase ambulatoria es que la persona que haya entrado en la organización abandone sus hábitos de consumo y todos aquellos que no son propios de una persona en sociedad. En Proyecto Hombre, «las únicas normas que hay son la no violencia y el no consumo de drogas», explica la directora de Servicios Generales. En la fase ambulatoria los pacientes suelen volver a sus casas; sin embargo, no todos disponen de un hogar y una familia que los respalde. Para ello, la organización dispone de viviendas de apoyo al tratamiento, en las que se busca crear un ambiente muy familiar y dar un hogar a aquellos miembros del programa que lo necesiten. 

Durante el encuentro en el centro, entran en el despacho directores de los distintos programas, terapeutas y un paciente a regar las plantas. Entre ellos se respira un ambiente cotidiano, familiar. Transmiten un proyecto común, en el que todos los integrantes, desde la dirección a los drogodependientes, las familias y todos los trabajadores, están unidos con el mismo objetivo, y se tratan como iguales. Al ser preguntados por el tipo de trabajadores que encarna el proyecto, explican que podemos encontrar todos los perfiles: desde abogados hasta trabajadores sociales, pasando por economistas y psicólogos. Cada cual desempeña su función, pero todos reman en la misma dirección: que Proyecto Hombre Sevilla responda a las necesidades de todas las personas, vengan de donde vengan.

«Nuestro trabajo es vocacional y no siempre es fácil, trabajamos con un grupo humano muy deteriorado. Sin embargo, la satisfacción personal es nuestra recompensa. Intentamos contribuir a que estas personas alcancen un desarrollo vital óptimo», asegura Guadalupe Margariño Sánchez, psicoterapeuta en Proyecto Hombre desde 2005. 

Desde Proyecto Hombre califican como «alarmante» la situación de los jóvenes y su relación con las drogas, el alcohol, el absentismo escolar y lo que denominan «adicciones sin sustancias»

Tras la fase del tratamiento ambulatorio, los pacientes pasan a la comunidad terapéutica, que en función de sus necesidades puede ser residencial o centro día. Allí cuentan con intervención socio-familiar y laboral, así como un seguimiento personalizado para mejorar el nivel de empleabilidad de las personas, fin último del tratamiento. Existe también el «Programa de Apoyo», dirigido a aquellas personas que tienen problemas principalmente con la cocaína y el alcohol pero que a su vez continúan sus vidas con cierta normalidad. Este se desarrolla en horario de tarde y noche, por lo que puede ser compatible con la vida laboral. 

Desde la organización califican como «alarmante» la situación de los jóvenes y su relación con las drogas, el alcohol, el absentismo escolar y lo que denominan «adicciones sin sustancias», entre las que destacan las adicciones a los videojuegos, las redes sociales y los dispositivos electrónicos. Por ello, nace «Proyecto Joven», un programa dirigido a los jóvenes de 14 a 21 años, con problemas conductuales, con el que se pretende ofrecer una solución a los problemas de este sector de la población. Ana Bastos subraya que «es fundamental el trabajo con las familias para que el niño aprenda que hay unas normas y unos límites en casa». Han emprendido también un programa de Patología Dual para ayudar  al usuario a conseguir un estilo de vida más saludable y su adherencia al tratamiento farmacológico para que pueda llegar a ser lo más autónomo posible. 

«Proyecto Joven» es un programa dirigido a los jóvenes de 14 a 21 años con problemas de adicción al alcohol y las drogas.

Las consecuencias de los nuevos hábitos de consumo en sociedad están empezando a hacer mella en el seno de las empresas, y Proyecto Hombre se ha puesto a su servicio para facilitar protocolos de actuación que reduzcan el riesgo de injerencia, y para proporcionar herramientas de gestión y reducción de estos problemas también en el seno familiar. De esta forma, se protege de manera preventiva la actividad empresarial. 

La organización se inserta de una manera muy natural en la sociedad, tan es así que cuenta con actividades transversales, como la educación en adultos, la presentación de alumnos a la ESA, algunos programas de ocio y tiempo libre y la educación para la salud. Una vez que Proyecto Hombre te abre las puertas, las deja abiertas. Te despide con un pasaje de vuelta y como si, por pequeña que haya sido tu participación, ya formaras parte de él. Mientras tanto, cada uno vuelve a su puesto, algunos continúan con las reuniones, otros vuelven a la terapia de grupo y, como eco sonoro, te despide el familiar voluntario que se ocupa de la recepción. Y hasta la próxima.

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